Distintos períodos de expansión y distintos estilos, definieron varios ejemplos de mobiliario y señalización para el ornato urbano de Polanco que entonces se llamaban “Complementos arquitectónicos”…
En la urbanización de 1937/38, son relevantes el Obelisco de entrada, y el “Parque de los espejos”, con un teatro al aire libre, reloj/palomar, losas ornamentales, bancas, estanque y pajarera.
Al mirar la urbanización, es claro que calles y banquetas, iluminación y señalización así como “ornato” y “complementos arquitectónicos” jugaron un papel importante en la promoción y venta del nuevo fraccionamiento, con innumerables obras a cargo de un amplio equipo encabezado por Enrique Aragón y supervisado por Raúl Basurto, entre los que figuraban José Gómez Echeverría, Bernardo Calderón, Enrique Guerra, Leonardo Noriega e incluso José Luís Cuevas, todos con experiencia en trabajos con De la Lama/ Basurto en la colonia Hipódromo.
El Obelisco/fuente dedicado al Libertador Simón Bolívar marcaba el acceso al fraccionamiento; la obra con esculturas de Enrique Guerra (escultor jalapeño que parecería haber rendido un homenaje a Fiorenzo Gianetti y sus trabajos en el Teatro Nacional –ahora Palacio de Bellas Artes-) sobre un diseño de Enrique Aragón Echegaray fue ejecutada en concreto reforzado durante 1937.
Era el marcador de acceso y en la publicidad de 1938 se podía leer en el anuncio del periódico Excelsior:
“De su negocio a su casa, por el majestuoso recorrido que lleva a CHAPULTEPEC-POLANCO, el camino más hermoso que existe en el Distrito Federal: Paseo de la Reforma, Bosque de Chapultepec y al dar vuelta en el imaginativo Obelisco, llegue usted a descansar entre parques y jardines”…
Luego de años de descuido se intentó rescatar la estructura en 2008, pero recientemente (con el programa “Rescate de Fuentes” de la delegación M. H.) se repintó con productos no alquidalicos que están corroyendo gravemente los refuerzos (ver entrada del lunes 21 de marzo de 2011, “La placa de inauguración).
A la derecha, en una fotografía de 1981, aún se puede ver detrás del Obelisco, la casa de don Gastón Azcárraga, obra de Vladimir Kaspé, destruida en 2009 y que ahora es un lote baldío.
La glorieta daba acceso a calles “petrolizadas” que reconocían una anchura mínima de 12 y hasta 18 metros, con banquetas y guarniciones de concreto con ocho metros de ancho y que incluían área jardinada de cuatro hacia el arrollo y sesenta centímetros hacia el alineamiento, así como postes de iluminación y nomenclatura (puedes encontrar más datos sobre la “Señalización de Polanco”, donde se habla de los letreros con los nombres de calles, en una entrada del miércoles 30 de marzo de 2011). La iluminación se obtenía con postes de concreto que sostenían un farol de lámina con focos de 1000watts colocados a intervalos de 45 metros.
Para los parques, se retomaron las lecciones aprendidas por “De la Lama y Basurto” en la Colonia Hipódromo y el arquitecto Enrique Aragón Echegaray diseñó en 1937 una señalización con resabios de sobriedad Decó y de los que aún podemos encontrar ejemplos en el parque Lincoln, aunque desprovistos todos de la farola con que estaban dotados...
En el Parque General San Martín (ahora Parque México) de la colonia Hipódromo, se insistió en el uso de “losas ornamentales”, con “inscripciones cívicas” y en Chapultepec-Polanco se repitió la idea con placas de concreto y agregado de granito, con leyendas resaltadas -no pintadas- en cobalto.
El parque (rebautizado Lincoln, luego de la visita de Lady Bird Jonson en 1966 y la donación de una estatua –ver entrada del 2 de Marzo “La estatua Lincoln”) contaba con un estanque e isla con “Acuarium” (ver entrada del martes 22 de marzo: “La isla”) una enorme pajarera (ver entrada del miércoles 23 de marzo de 2011: “La jaula”) y un teatro al aire libre que se dedicó a la famosa Ángela Peralta (ver entrada del miércoles 23 de marzo: “Teatro Ángela Peralta”); pero el complemento arquitectónico más destacado fue el Reloj/Palomar en el extremo poniente del parque.
Diseñado por José Gómez Echeverría y Bernardo Calderón en un estilo “Californiano” la atalaya remata la perspectiva poniente del parque con una torre que albergaba un enorme reloj de cuatro caras, maquinaria y campanario además de estar rematado con un ingente columbario que contaba más de mil nichos distribuidos en secciones de 75 nidos por cada una de las tres secciones en las cuatro fachadas.
El palomar fue cegado en 1972, pero aún se pueden identificar las cuadrículas cegadas en la parte superior de la torre.
A la estructura se le han hecho innumerables intervenciones y remodelaciones, aunque las más evidentes son la eliminación del palomar y en 1992 la sustitución de la maquinaria del reloj dotándole de nuevas carátulas; al interior se modificó la estructura para dejar la base de la torre libre de muros y desde hace un par de décadas, funciona como sitio de exposiciones y conferencias.
La fotografía de la derecha, cercana a 1941, pertenece al archivo J.B.G.G.
Seguiré con los “complementos arquitectónicos” del parque Lincoln en una próxima entrega; puedes consultar más datos sobre Polanco al final de ésta página…
The Critics are raving:
ResponderEliminarThe best blog on Polanco! New York Times.
One of the koolest blogs on architectural preservation that I've ever read. Rem Koolhas.
Why didn't you mention my museum. Fernando Romero.