sábado, 5 de noviembre de 2011
Diez memorables casas sobre la calle de Hegel.
Desde 1942 se dio un auge constructivo en la sección “Chapultepec-Morales” de la colonia Polanco; justo al límite norte, entre las avenidas Homero y Ejercito Nacional, sobre las calles Arquímedes, Lamartine, Emerson, Hegel y Lope de Vega, se edificaron grupos de entre ocho y doce casas subdividiendo los terrenos originalmente definidos por la “Fraccionadora Cedros”. Abajo, en una fotografía aérea de 1945, pueden distinguirse varios grupos de edificaciones similares; marcadas en un óvalo rojo las diez casas construidas por Ignacio Velásquez entre 1944 y 1945 sobre la calle dedicada a Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Marcadas en verde, las cuatro que perduran y más abajo una imagen de google-earth de 2011.
El grupo de diez casas se edificó con plantas idénticas -con dos pisos, remetimiento de tres y seis metros al frente, balcón en la planta alta y jardín en la parte trasera-, pero con fachadas tratadas en formas totalmente diferentes y diseñadas con el propósito específico de ser desiguales (podemos encontrar el mismo efecto en numerosos grupos de casas, siendo el más acabado el conjunto de 25 casas del Ingeniero/Arquitecto Francisco J. Serrano –ver entrada del 12 Julio 11-). Si bien la constante es la cantera profusamente labrada (tanto en Chiluca gris, como cantera rosa) que aparece como ornamento en vanos y paramentos, encontramos también el uso generalizado de azulejo industrial como parte del engalanado de las fachadas. La intención de llamar la atención sobre éstas casas es lo aparatoso y abundante de la decoración, ornamentación que sobrepasa con mucho cualquier otro ejemplo de la zona.
Del conjunto han sido destruidas seis casas hacia el norte (con los números120, 122, 126, 128 134 y 138) y sustituidas por edificios de departamentos de entre cinco y 15 niveles y que desafortunadamente no cumplen con el número requerido de cajones de estacionamiento; las cuatro casas restantes, se conservan el buen estado aunque una de ellas se encuentra desocupada y otra está dedicada a albergar oficinas.
Para ilustrar el grupo original, usemos la casa N° 146 del conjunto, con características más parecidas a las construcciones originales de Polanco. La edificación se retira del paramento de la calle, dejando un espacio de acceso, limitado por herrería forjada que se sostiene con columnas ornamentadas y rematadas por ingentes vasijas. El acceso principal está enmarcado por una fantasía neobarroca de ornamentos labrados en cantera rosada, que van desde hojas de acanto hojarascas y rocallas, hasta Serlianas y Atlantes, pasando por guirnaldas, ovas y modillones. La puerta propiamente dicha es trabajo adventicio de hierro forjado, con la peculiaridad de ser de diseño asimétrico…
La fachada esta revestida con piedra rosada a modo de sillares y en algunas zonas, engalanada con azulejo como complemento a la cantería; en éste caso, la arquería del mirador ha sido modificada y desafortunadamente cegada.
En la esquina, los volúmenes cierran con una cornisa ondulante y el marco de cantera que unifica las ventanas de estancia y recámara principal –con su herrería y azulejo correspondientes-, remata la composición con una cabeza de león enmarcada entre guirnaldas…
Finalmente (abajo), el acceso de autos esta flanqueado por una peana a manera de gradilla, rematada por una cruz gamada en un fondo de azulejo.
Cada una de las diez casas tenía un tratamiento distinto, con recubrimientos en piedra braza unas (N° 134 y 154) y tezontle otras (N° 120, 134 y 150), e incluso en un par de casos una alteración a la planta, creando una estancia de doble altura con las alargadas ventanas correspondientes.
De las cuatro casas que subsisten, la número 142 es la más bizarra, con tallas extremadamente complejas y profusión de azulejo, además de estar recubierta con tejas que quisieran estar vidriadas en azul oscuro y pintadas las molduras con un poco común tono azul claro...
Ahora también la edificación se retira del paramento de la calle, dejando un espacio de acceso, limitado por herrería forjada que se sostiene con columnas. El acceso principal está enmarcado por una sobria bocina de acantos enmarcada en un cordón labrado en cantera gris y el conjunto de puertas se ve interrumpido por una pequeña columna salomónica. La fachada esta ahora revestida de azulejo y en la parte alta, la arquería del mirador conserva su decoración de hojarasca, modillones y columnas salomónicas.
De particular interés resulta la fachada de estancia y recámaras, recubierta con azulejo y talla de cantería de exuberante imaginería neoclásica; el ángulo esquinera se remata con una hornacina con peana heráldica y el macizo decorativo de la recámara principal es un repertorio de ornamentos labrados, que van desde guirnaldas académicas y Serlianas hasta roleos encordados, medallones, Atlantes y modillones.
Reflejo todo de un período en proceso de perderse…
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Es un gran trabajo lo que has hecho con todo esto, merece reconocimiento y apoyo, Felicidades
ResponderEliminar¡Gracias!
Eliminar;-)
Felicidades! Es una gran labor; me parece fascinante el trabajo que aquí presentas, en lo personal, es un tema interesante conocer la transformación y evolución de la ciudad a través de la historia en sus colonias.
ResponderEliminarTengo curiosidad por saber como consigue las fotos aéreas antiguas?
Un saludo.
Nathanyel,
EliminarDesde 1980 y por varios años compré en Aerofoto de México una serie de fotos aéreas y tomas oblicuas. La compañía desapareció, pero su archivo lo tiene ICA y puede ser consultado.
Saludos
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